La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños
pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo
saludables.
La Organización Mundial de la
Salud recomienda dar pecho al bebé como mínimo hasta que el niño alcance los
dos años de vida. La leche materna cambia continuamente, adaptándose a las
necesidades del niño.
La OMS recomienda alimentar sólo
con leche materna al bebé durante los seis primeros
meses de vida. Es lo que se denomina lactancia exclusiva. Después
debe complementarse con otros alimentos hasta los dos años.
La lactancia materna debe
comenzar en la primera hora de vida, puesto que durante los cinco días
posteriores al parto, las madres segregan el calostro (líquido amarillento y espeso que se produce
desde el último trimestre del embarazo hasta los primeros cinco días después
del parto) que supone un alimento perfecto para el niño y una “vacuna” para él,
ya que contiene anticuerpos que protegerán al bebé frente a las posibles infecciones.
Pero la lactancia materna no ofrece solo una
nutrición llena de proteínas, sino también un contacto más cercano entre madre
e hijo que forma un vínculo inexplicable de amor.
Sin embargo, hay bebés que no saben cogerse al
pecho de forma correcta.
Sabemos que esto os preocupa, por ello os ofrecemos
una serie de consejos para ayudar al recién nacido:
- Elige un lugar donde nadie os pueda molestar y una
postura que te permita dar el pecho a tu pequeño cómodamente.
- Invítale a succionar. Si ofreces el pecho izquierdo a tu
bebé, pasa tu brazo derecho entre sus piernas sujétale la cabeza con la
mano izquierda. Con la mano derecha, sujeta el pecho y acércaselo a la
boca.
- Ayúdale estimulando su reflejo de succión.
Acaricia dulcemente su mejilla, el pequeño girará la cabeza hacia el lado
que has tocado y abrirá la boca para succionar.
- No perder la calma si el bebé no se coge al pecho. En el caso de que esto ocurra deberemos dejar pasar un rato antes de volver a insistir.
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